Sunday, July 15, 2007

Expedición al Cono Sur (VII)


Mi Buenos Aires querido...

Esta mañana nos levantamos para emprender el viaje a Buenos Aires.

Por fin... era un anhelo que tenía desde hace tiempo. Con tantas expectativas abordamos esta mañana el buquebus de Montevideo a Buenos Aires. Se me dificultó zarpar, ya había tomado bastante cariño a mis anfitriones y amigos greco-uruguayos y no quería separarme de ellos.


Aún así subí al buquebus, tomé un desayuno y zarpamos.


Pasaban las horas... unos holandeses al lado... ladraban no sé qué.


El Río chocolatoso era interminable.


Yo parecía mariachi. Tomaba fotos por doquier.


Un argentino oriundo de Córdoba, creo, me interceptó con la clásica pregunta "¿pero de dónde sos vos?" "México" "Ah, alguna vez visité tu país, hermoso... bla bla bla".


No veo la hora de llegar a Buenos Aires.


Pasan más de tres horas... ¡qué impaciencia!


Aaaa... se divisan ya unos edificios -¿quizás Puerto Madero?-.


Buenos Aires no tiene malecón, sino lodo, quizás por eso la ciudad está construida totalmente de espaldas al Río de la Plata. Montevideo tiene mejor vista, sin duda.


Ya empiezo a escuchar tangos y muero por desembarcar.


Paso por la aduana. Argentina aquí estoy.


Tomamos un taxi, ¡bah! el conductor es uruguayo.


Muero de risa, el ruido de la ciudad es un constante chiflido, producto del sistema de frenos de los transportes públicos. Los bonaerenses -porteños- no parecen ya notarlo.


Pasamos la Recoleta, San Telmo... ¿vamos a Palermo? Todos estos lugares me suenan gracias a las canciones de Kevin Johansen, ¡Ja! es amigo de un amigo. -¡Saludos Santi!-.


De repente me emociono, casi tuve un déjà vu, he visto este lugar antes... ¿pero dónde?... ¡Claro! En el video de Zoom de Soda... es el planetario y tiene un graaan jardín, recuerdo que se besaban muchas personas en dicho videoclip; el conductor al ver mi entuasiasmo me comenta que se reunirán de nuevo y que harán una gira, México incluido. -Pero el tipo ha reconocido mi acento al instante, aún cuando me esforcé por hablar norteño-. ¡Qué impresión!


Buenos Aires es muy verde, he visto muchos jardines en estos veinte minutos. ¡Y cuántos edificios tan altos! ¡Y qué elegancia de ciudad! El glamour prácticamente se respira... He de hablar detenidamente de los diseños a simple vista de todos los edificios y de las tiendas. Me parecen de lo más agradable, dejaré eso para otro post.


Llegamos a la calle de Ortiz. Descansaremos en un departamento un rato y veremos Buenos Aires de noche. Un par de amigos con una bebé maravillosa nos esperan, yo no los conozco, siento ansias, arribamos a la casa de Dimitra y Tassos, y de su bebé, Anemi.


Este viaje pinta de lo mñas interesante.