Thursday, November 30, 2006

oh George...

Probablemente estén hartos de ver el álbum LOVE hasta en la sopa, por lo menos yo, esta semana lo he visto recomendado hasta en mis sueños, y ni qué decir de las ostentosas portadas de R&R, Tiempo Libre, Boletín Mix-Up, Sugerencias Gandhi. En fin, la verdad es que el disco merece esa y más publicidad, está increíble.

El pasado 29 de noviembre se cumplieron cinco años de la muerte de George Harrison y a mí –que me declaro su incansable fan- se me olvidó por completo.
Mi día transcurría normal hasta que llegué a casa y para mi sorpresa, Pepe tenía para mí un regalo muuuy especial. Hacía unos días me había enviado un artículo escrito por Villoro donde se comentaba acerca del nuevo álbum producido por George y Giles Martin en ocasión de un espectáculo que se había preparado en conjunto con Cirque du Soleil.
Les menciono a Harrison porque fue él precisamente –así como con Monty Python- quien hizo migas con el fundador de dicho circo, Guy Laliberté, de ahí que años después por fin se concretara el proyecto de sonorizar el espectáculo con la música de los fabulosos cuatro.
Bueno, pues entrando a los detalles del disco… caray… no se lo deben perder… es un discazo en pocas palabras…
Supuestamente incluye 26 tracks, pero cada uno es una plétora de la historia musical de The Beatles... en cada track pasan volando fragmentos reconocibles, acordes y coros, de otras melodías… y eso en alta definición sonora se escucha de ensueño.
¿Qué tiene de especial?
Los instrumentos son los mismos, las voces las mismas, las canciones, desde las más comerciales hasta las menos sonadas: desde Yesterday o Help, pasando por Revolution, Strawberry fields forever hasta Being for the benefit of Mr. Kite! o la que a todos nos engaña a primera vista, la versión de Sun King al revés "GNIK NUS".
Como puede verse -y mejor escucharse- la selección de los temas no es lo espctacular... sino la mezcla de los mismos con otros, las espectaculares y electrizantes transiciones -se me ocurre ahora por ejemplo, que Mr. Kite se ve interceptado por el tono heavy de I want you que además tiene de fondo unos desgarrados gritos de Paul provenientes de Helter Skelter (wow)- como decía una vieja canción "who can ask for anything more?".
Lo mejor del disco, sin duda, es la separación de canales en un proceso como de análisis-síntesis. Cada voz, cada instrumento y cada acorde se escucha por separado, muy bien definido, muy claro, distinguido, especial y a la vez, todo se une y como coctel queda homogeneizado y delicioso, como si la melodía hubiese existido siempre así.
Desde luego, no hace falta ser fan de los fabfour para disfrutar el disco, pues éste es de una calidad incomparable, claro que si uno es fan, cierra los ojos y escucha y siente de inmediato la magia de esta producción... en horabuena... como les decía "who can ask for anything more?" ¡Yo! ¡Cuánto me gustaría que trajeran el espectáculo a México!
Mientras tanto... All you need is LOVE, the album collection...

Thursday, November 23, 2006

Me parece que...

Nunca antes me había puesto a pensar en lo difícil que puede ser entender el uso de verbos reflexivos, que al parecer, sólo se utilizan en nuestra lengua con tan singular importancia.
El asunto de la reflexividad parece tener que ver con esos toques metafísicos tan característicos del español; de inicio... ¿qué rayos es eso de verbos reflexivos?
Debo empezar diciendo que el problema de hecho no son los verbos, pues éstos son simples verbos comunes y corrientes que utilizamos en el habla cotidiana. Al parecer el problema de todo este asunto radica en las partículas que convierten a cualquier verbo en reflexivo (me, te, se, nos, se), y en un nivel más profundo, la dificultad de entender el concepto de la acción que se revierte a la persona que la ejecuta.
Esta mañana vi la cara de desconcierto de mi jefe –quien apenas aprende español- cuando me preguntó qué hacía, a lo que yo respondí con toda franqueza y naturalidad “me preparo un café”, inmediatamente vino su reacción de “por qué me y no simplemente preparo un café” a lo que yo contesté “porque es para mí y así hablamos aquí, ¿quieres uno?”.
Mas tarde cuando me iba del trabajo se me ocurrió simplemente anunciar que me iba, así que dije “ya me voy”. Y de nuevo empezaron los interrogatorios: “otra vez me, ¿por qué? ¿por qué no simplemente voy, o ya voy, o voy a casa?” y ahí me estuve las horas tratando de explicarle por qué no puedo decir simplemente “voy” cuando me voy, porque decir un parco voy, suena a que lo están llamando a uno y uno va, pero el “me voy” implica que uno deja ese lugar con todo lo que hay ahí, además de ser algo así como si uno mismo se dice que se lleva a otro lugar.

Antes de este día, jamás pensé en la dificultad de comprender las expresiones reflexivas si no las tenemos en automático, como nosotros, los hablantes nativos. Aún a la fecha, no le puedo contestar a mi jefe como podría traducir ese “me voy” literalmente a otra lengua.
Y ni qué decir de todas esas acciones que tienen que ver con el cuidado personal y propio: me despierto, me levanto, me baño, me seco, me afeito, me peino, me lavo los dientes, me visto, me veo, me preparo el desayuno, me voy al trabajo, me regreso, me limpio, me acuesto, me duermo…

Me despido…