Tuesday, February 06, 2007

Sólo sé que no he cenado...

El puente estuvo de lujo.


Nos fuimos a Morelia y ahí nos pasó de todo.
Morelia es una ciudad impresionante, el amplio centro histórico es un museo al aire libre, a excepción de los autos, las indicaciones de tránsito y algunos anuncios, uno podría pensar que camina perdido por callejones de la época colonial.
Dicha ciudad tiene un aire de nostalgia, es prácticamente color marrón, de piedra, los edificios están impecablemente cuidados, y cuando uno observa una fachada, tan conservada y tan altiva, súbitamente siente el paso del tiempo al percatarse de que el interior ha sido utilizado con todos los avatares de la tecnología y que aunque en el fondo esté de base la construcción colonial, todo lo interior corresponde al mundo moderno.
Así, toda la banda "Williams" -y un par de extras- recorrimos la ciudad y unos pueblos de los alrededores.
Por los sabores no quedó... carnitas, enchiladas morelianas, nieves de paste, corundas, huchepos, jarritos con charanda, chocolate, gaspachos, garbanzos y churritos -botana del estadio Morelos-, cubrimos lo elemental -¡en qué cantidades!-.
Por las actividades tampoco quedó: paseos por el centro, caminatas nocturnas con la ciudad iluminada, -fotos por aquí y fotos por allá-, partido de futbol "local" donde se armó una supuesta gran trifulca -que nunca vimos, seguramente por estar atrapados en el estacionamiento a la hora de partir-, paseos a Janitzio, Pátzcuaro y Quiroga -también hicimos una visita rápida a Tacícuaro-, una gran cena con charla -bromas incluidas- en el "Café de los Sentidos"y no me acuerdo de más, pero todo fue divertidísimo.
Las bromas y las risas nunca pararon.
Yo quería que el último día se alargara lo más posible... y fue grandioso, desayunamos platillos típicos en el Hotel "Virrey de Mendoza" -gran lugar-, algunos tuvieron un baño de vapor, hicimos un último recorrido por las pintorescas calles del centro, fuimos por las famosas nieves de paste, al mercado de dulces y artesanías por los souvenires, no nos podía faltar el gaspacho... y todos de regreso al Distrito Federal.
Las bromas del fin de semana prevalecían aún en el camino de regreso, y si llegábamos a olvidarlas, bastaba una llamada de auto a auto... y se hacía de nuevo la fiesta.
Un lugar agradable, un clima no muy favorable, sin embargo aprovechamos bien la lluvia, y la más que amena y estimada compañía...
¡Fue un buen viaje!

3 comments:

Anonymous said...

A mi me fascino el compartir este tipo de experiencia con gente tan agradable y q bueno q al parecer todos la pasaron bien.
Incluso el caminar por la calles lloviendo y dandonos un beso frente a la catedral mientras la lluvia nos tocaba fue bastante agradable y nunca lo habia hecho...
Impresionante ver la cantidad de comida que le puede entrar al estomago de un ser humano (PP y Foco), las platicas en la carretera, la cena hasta el quedarnos sin agua fue simplemente excelente pues no tengo otra palabra para decirlo.
Lo unico malo fueron esas 2 personas que como cuchillito de palo al pobre foco, si ustedes las "amiguis de pulsera"
Mas sin embrago votario por la repeticion del mismo evento, en la misma ciudad o en alguna otra, si es en ela mismam pues ya me iran a visitar...

Anonymous said...

Pues vámonos poniendo de acuerdo.
Para mí el fin de semana también fue excelente. Y no, no comí tanto, lo que pasa es que ustedes se hicieron de la boca chiquita, jajaja.
Un abrazo.

Paola B. Cano said...

Me la pasé increible con todos ustedes. Si me hubiera cabido más comida, hubiera comido más... las "amiguis de pulsera" le pusieron sabor al caldo (si no, que responda Foco). Repitamos la experiencia, en Morelia o en donde sea, pongámonos de acuerdo para otra salida... fue genial convivir con todos ustedes...
Saludos,