Esperé casi tres semanas para ver el último film de Terry Gilliam, The Brothers Grimm (Miramax, 2005), por ende, había tenido suficiente tiempo para generar expectativas. El fin de semana pasado, por fin, insistí en verla, y mis tres semanas de ansiosa espera se conviertieron en 118 minutos de sorpresas, de ganas de dormir o abandonar la sala, decepciones, corajes, en muchas ocasiones menguados, por la buena compañía.
Básicamente tenía dos motivos por los cuales quería ver el filme:
Básicamente tenía dos motivos por los cuales quería ver el filme:
1) Soy una declarada fan de esos pares de hermanos alemanes nerds (los Von Humboltd y en especial mis colegas filólogos, los Schlegels y los Grimm).
2) También soy una apaciguada fan de Terry Gilliam (USA, 1940, ex- Monty Python).
Nunca esperé una revisión biográfica de Jakob y Wilhelm Grimm, porque las reseñas no apuntaban a ello, y ahora que lo pienso, no sé muy bien qué esperaba de la cinta.
De inicio, la película prometía muchas más cosas de las que nos iba a mostrar: la escena de apertura, con una oscuridad tenue, introduce la tendencia fantasiosa de Jakob, -el menor y el más productivo de los Grimm- además de sugerir uno de los cuentos más famosos recopilados por estos hermanos: Jack y las habichuelas mágicas.
Muy pronto, la anécdota empieza a caer en una secuencia de referencias forzadas sobre los cuentos populares europeos, y digo europeos, porque por ahí pueden verse algunos 4, que no son de los Grimm, sino de Perrault y algunos incluso de Andersen. Los actores apenas y tienen tiempo de ser ligeramente mediocres porque no se les presta atención ni se les permite desarrollar sus personajes, por lo que todo lo que vemos es superficialmente plantado en la cinta, inclusive el fingido acento francés de un personaje inútil que seguramente todos odiamos.
Y para que no digan que no le vi nada positivo a la cinta, les cuento que en efecto, la fotografía y la tramoya, son absolutamente loables, al igual que los dos minutos de Monica Bellucci.
Yo al menos, no pude creer que Terry Gilliam hiciera semejantes cosas, así que pensé en el film varios días más, inclusive, revisé la trayectoria de Gilliam, sólo para darme cuenta de que éste no ha sido, definitivamente, su mejor film, porque después de Fear and Loathing at Las Vegas (1998), Brazil (1985), o It's ...the Monty Python Story (1999), entre otras tantas, es muy lógico que uno genere grandes expectativas de un director tan inteligente y divertido como éste. Así que, si vemos The Brothers Grimm desde la perspectiva de Gilliam, podemos concluir que esta cinta es un collage acontecido en la mente del director mientras lee los famosos fairy tales de los Grimm, aún así, podemos percibir una total falta de orden en la secuencia y en las referencias, o ¿yo me perdí de alguna pista o de algo que me haga la película más inteligible o amena?
Definitivamente Fear and Loathing at Las Vegas es una de mis películas favoritas y es de Gilliam, seguramente, uno de sus mejores films, por eso mi sorpresa con esta última.
Nunca esperé una revisión biográfica de Jakob y Wilhelm Grimm, porque las reseñas no apuntaban a ello, y ahora que lo pienso, no sé muy bien qué esperaba de la cinta.
De inicio, la película prometía muchas más cosas de las que nos iba a mostrar: la escena de apertura, con una oscuridad tenue, introduce la tendencia fantasiosa de Jakob, -el menor y el más productivo de los Grimm- además de sugerir uno de los cuentos más famosos recopilados por estos hermanos: Jack y las habichuelas mágicas.
Muy pronto, la anécdota empieza a caer en una secuencia de referencias forzadas sobre los cuentos populares europeos, y digo europeos, porque por ahí pueden verse algunos 4, que no son de los Grimm, sino de Perrault y algunos incluso de Andersen. Los actores apenas y tienen tiempo de ser ligeramente mediocres porque no se les presta atención ni se les permite desarrollar sus personajes, por lo que todo lo que vemos es superficialmente plantado en la cinta, inclusive el fingido acento francés de un personaje inútil que seguramente todos odiamos.
Y para que no digan que no le vi nada positivo a la cinta, les cuento que en efecto, la fotografía y la tramoya, son absolutamente loables, al igual que los dos minutos de Monica Bellucci.
Yo al menos, no pude creer que Terry Gilliam hiciera semejantes cosas, así que pensé en el film varios días más, inclusive, revisé la trayectoria de Gilliam, sólo para darme cuenta de que éste no ha sido, definitivamente, su mejor film, porque después de Fear and Loathing at Las Vegas (1998), Brazil (1985), o It's ...the Monty Python Story (1999), entre otras tantas, es muy lógico que uno genere grandes expectativas de un director tan inteligente y divertido como éste. Así que, si vemos The Brothers Grimm desde la perspectiva de Gilliam, podemos concluir que esta cinta es un collage acontecido en la mente del director mientras lee los famosos fairy tales de los Grimm, aún así, podemos percibir una total falta de orden en la secuencia y en las referencias, o ¿yo me perdí de alguna pista o de algo que me haga la película más inteligible o amena?
Definitivamente Fear and Loathing at Las Vegas es una de mis películas favoritas y es de Gilliam, seguramente, uno de sus mejores films, por eso mi sorpresa con esta última.
Finalmente concluyo con el plan A y el plan B:
A) A Gilliam no hay que entenderlo, hay que amarlo (en algunas ocasiones).
B) A Gilliam le engolosinó tanto el prestigio como "director alternativo" que le pasó lo que a Hansel y Gretel, que por comerse la casa hecha de pastel, la bruja que vivía dentro, se los terminó comiendo a ellos.
A) A Gilliam no hay que entenderlo, hay que amarlo (en algunas ocasiones).
B) A Gilliam le engolosinó tanto el prestigio como "director alternativo" que le pasó lo que a Hansel y Gretel, que por comerse la casa hecha de pastel, la bruja que vivía dentro, se los terminó comiendo a ellos.
No comments:
Post a Comment