Después de los exámenes finales, de los correspondientes nervios por las calificaciones, después de los festejos... mientras se espera la entrega de papeles y los necesarios trámites burocráticos para adquirir el certificado que diga que uno es oficialmente, ante la ley, Dios y los hombres, "algo en la vida", ¿Qué se hace?
Esta mañana me pregunto esto, porque tras 20, sí, ¡20! años de ser estudiante y tener esas maravillosas ventajas -como dos meses de vacaciones en el verano,´o el status que da el poder decir "soy estudiante" cuando solicitan nuestra ocupación, sin olvidar los respectivos descuentos que esta condición acarrea- hoy por la mañana, mi primer día libre oficialemnte hablando, me di cuenta de que no tenía nada, absolutamente nada que hacer.
Desde luego, me sobrevino una angustia primera... la casa ya estaba limpia, los libros y apuntes ordenados, quizás debía salir a buscar empleo... Por supuesto, consideré descansar un poco, dado el ajetreo que es terminar la universidad. Así que mientras soy oficialmente desempleada y ya no más estudiante de letras -aclaro el área de estudios porque a continuación haré énfasis en el desgaste intelectual que ello implica- he decidido pasar un tiempo siendo una Brincoleur... Algunos se preguntarán... ¿Qué hace alguien así? sobre todo los que respondemos que somos filólogos cuando se nos solicita el tipo de estudio, e inmediatamente vemos la cara de admiración y angustia seguida por el comentario ¡Qué interesante!, o por una desconcertante y curiosa pregunta ¿Qué es eso?, imagínense las caras, las expresiones y las preguntas cuando digamos con toda firmeza "Soy un Brincoleur". Si alguien se atreve a preguntarnos sobre esto, podemos cómodamente responder: "Hago Brincolage"... ¿No es maravilloso?
Pues me he tomado los términos de Derrida, sólo para ejemplificar que, mientras no hago nada, mientras descanso los conocimientos adquiridos en 20 años de entrenamiento cerebral, me dedico a apelmazar ideas, inquietudes... o quizás a apelmazarme en la nada, y no es que me quiera poner filosófica, sino que un brincoleur debe pensar salvajemente...y para ello, no se requiere mucho orden...
Así, mientras pienso qué hacer después de todo esto... aprovecho para desandar mi civilización y me declaro abiertamente y por convicción propia ¡un auténtico brincoleur!
Esta mañana me pregunto esto, porque tras 20, sí, ¡20! años de ser estudiante y tener esas maravillosas ventajas -como dos meses de vacaciones en el verano,´o el status que da el poder decir "soy estudiante" cuando solicitan nuestra ocupación, sin olvidar los respectivos descuentos que esta condición acarrea- hoy por la mañana, mi primer día libre oficialemnte hablando, me di cuenta de que no tenía nada, absolutamente nada que hacer.
Desde luego, me sobrevino una angustia primera... la casa ya estaba limpia, los libros y apuntes ordenados, quizás debía salir a buscar empleo... Por supuesto, consideré descansar un poco, dado el ajetreo que es terminar la universidad. Así que mientras soy oficialmente desempleada y ya no más estudiante de letras -aclaro el área de estudios porque a continuación haré énfasis en el desgaste intelectual que ello implica- he decidido pasar un tiempo siendo una Brincoleur... Algunos se preguntarán... ¿Qué hace alguien así? sobre todo los que respondemos que somos filólogos cuando se nos solicita el tipo de estudio, e inmediatamente vemos la cara de admiración y angustia seguida por el comentario ¡Qué interesante!, o por una desconcertante y curiosa pregunta ¿Qué es eso?, imagínense las caras, las expresiones y las preguntas cuando digamos con toda firmeza "Soy un Brincoleur". Si alguien se atreve a preguntarnos sobre esto, podemos cómodamente responder: "Hago Brincolage"... ¿No es maravilloso?
Pues me he tomado los términos de Derrida, sólo para ejemplificar que, mientras no hago nada, mientras descanso los conocimientos adquiridos en 20 años de entrenamiento cerebral, me dedico a apelmazar ideas, inquietudes... o quizás a apelmazarme en la nada, y no es que me quiera poner filosófica, sino que un brincoleur debe pensar salvajemente...y para ello, no se requiere mucho orden...
Así, mientras pienso qué hacer después de todo esto... aprovecho para desandar mi civilización y me declaro abiertamente y por convicción propia ¡un auténtico brincoleur!
2 comments:
Felicidades da gusto encontrar textos tan divertidos e inteligentes. Espero este blog siga lleno de sorpresas y buenos escritos. Mucha suerte para el futuro.
Atte: Pepe
Gracias por la visita! Espero no haya sido ironico el comentario, porque este texto inaugural fue en suma impresionista, no crees?
(disculpen acentos, enies y signos de exclamacion o interrogacion iniciales...teclado gringo!) Un saludo!
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