Tuesday, August 08, 2006

Esquivando al Sol...

Entrada a Mazatlán, 8:35 p.m., 43 grados centígrados.


Hace unos años escuché a un doctor mientras decía que la próxima enfermedad del siglo sería una llamada golpe de sol... me parece recordar que todos rieron, por su simpático pronóstico, que más que científico, parecía poético.
Con la respectiva imaginación de aquel tiempo, recuerdo haber fantaseado con el sol encarnado en un boxeador knoqueando a las personas... no estaba muy lejos de la realidad.
Habría que haberle creído:

"En menos de 18 días, tras ser azotados por una de las más intensas
olas de calor, 27 muertos en el estado de Sinaloa
por deshidratación tras recibir el golpe de sol".
En efecto, después de una racha de semejante calor, las temperaturas han alcanzado los 49 grados en varios poblados del estado, ante esto, se ha tomado todo tipo de precauciones: beber agua fresca, desinfectar todo alimento, refrigerar todo -inclusive a uno mismo-, exponerse al sol con protección y menos de 10 minutos continuos, vestirse de colores claros y telas frescas, etcétera.

¿Y... por fin, en qué consiste esa extraña nueva enfermedad?
Bueno, en realidad, los síntomas son los de una tradicional deshidratación, es decir, cuando el cuerpo pierde una considerable cantidad de agua, uno empieza a sentir náuseas, mareos, dolor de cabeza, etcétera.
El golpe de sol tiene la peculiaridad de causar la muerte por una acelerada deshidratación producto de una breve exposición del cuerpo humano a altas temperaturas sin la protección adecuada.
Según las recomendaciones de un utilísimo organismo de protección civil y anti-desastres -que al parecer tiene mucho trabajo en estas tierras, porque cuando no hay marejadas y tormentas, hay balaceras, derrumbes e intensas oleadas de calor- uno no debe siquiera asomarse a la ventana para recibir al sol, y en mi curiosidasd -pensé que se estaba exagerando un poco-, corrí a la ventana un momento... uno se hipnotiza con el horizonte definido por el mar... tres minutos después la visión se empieza a distorsionar, se siente una sed increíble, uno se siente empapado, acalorado, ligeramente mareado y con terribles ganas de hacer una breve siesta... o al menos de encuerarse, tragarse el aparato de aire acondicionado, o meterse al congelador. Sólo se siente uno embargado por una desesperación... maldice al sol, al calor, a la vida, y se retira a dormir.
En fin, entender semejante situación requiere experiencia personal. Lo cierto es que con este tremendo calor, la vida se modifica, hay que realizar todas las actividades durante la noche, no porque el clima sea más favorable -la temperatura de hecho, tan sólo desciende 10 grados-, pero al menos así, uno cree que ha encontrado la forma de esquivar los golpes del sol.

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