Hace sólo un par de horas que dieron por concluida la exposición "Faraón, el Culto al sol en el Antiguo Egipto" en el Museo Nacional de Antropología, misma, que dada la afluencia de público, se extendió diez días más, hasta hoy, día en que retornarán a Alemania las 152 piezas que se expusieron durante 104 jornadas en 14 salas del colosal museo.
El éxito de esta exposición fue rotundo, pese a que algunas piezas eran menores -recuerdo unos trozos de vasijas cuyo único atractivo quizás fue su legendaria antigüedad, porque no parecían en nada interesantes-. Se calcula que los visitantes de Faraón fueron más de 600,000, lo que haría a esta exposición la más exitosa de entre las muestras temporales que se han exhibido en México, y cómo dudarlo, si entrar ahí era todo una odisea, siempre lleno, con una enorme fila, y teniendo que esperar más de diez minutos para apreciar cada una de las piezas. Aunque se dijo que no debían estar más de 500 personas en la sala al mismo tiempo para equilibrar la humedad requerida en el cuidado de las piezas, ni quien crea que no habíamos más de esta cantidad de personas a la vez. Imagínense, las estadísticas dicen que 8,000 personas visitaron diariamente esta exhibición, y si la visita nos toma alrededor de 5 horas, incluyendo las de fila, en mi opinión no puede ser que hayan sólo 500 personas en la sala.
Pero decía sobre los visitantes, imaginen que la recurrencia al museo Nacional de Antropología tomó tales dimensiones que incluso tuvo que abrirse los lunes y expandir los horarios de visita, incluso se ofrecieron visitas nocturnas guiadas y recorridos virtuales.
Para nadie de los asistentes fue un secreto el asombroso incremento de personal de seguridad, pues nos anduvieron arreando como ganado, registrando y en general cuidando como si estuviésemos en un campo de concentración.
Se sabe que las piezas egipcias en manos de dos museos alemanes fueron preparadas especialmente para nuestro país a cambio de las piezas aztecas que visitaron Alemania el año pasado. ¿Habrá sido justo el intercambio cultural? ¡Bien por que nuestras culturas prehispánicas tengan tal difusión en otras latitudes! ¡Bien porque tuvimos la oportunidad de estar en contacto con piezas legendarias y llenas de la magia que rodea a la cultura egipcia!
Yo estuve contentísima en la exposición, pese a los inconvenientes de la misma: filas enormes, multitudes desesperantes, guardianes groseros, y algunas piezas menores coladas entre otras impresionantes. De hecho, la entrada fue gratis gracias a mi condición de estudiante.
Ahora, a esperar con ansia las siguientes exposiciones que se oyen muy prometedoras: España Medieval; Irán: 7,500 años de arte; La Historia de Rusia a través de los Zares.
El éxito de esta exposición fue rotundo, pese a que algunas piezas eran menores -recuerdo unos trozos de vasijas cuyo único atractivo quizás fue su legendaria antigüedad, porque no parecían en nada interesantes-. Se calcula que los visitantes de Faraón fueron más de 600,000, lo que haría a esta exposición la más exitosa de entre las muestras temporales que se han exhibido en México, y cómo dudarlo, si entrar ahí era todo una odisea, siempre lleno, con una enorme fila, y teniendo que esperar más de diez minutos para apreciar cada una de las piezas. Aunque se dijo que no debían estar más de 500 personas en la sala al mismo tiempo para equilibrar la humedad requerida en el cuidado de las piezas, ni quien crea que no habíamos más de esta cantidad de personas a la vez. Imagínense, las estadísticas dicen que 8,000 personas visitaron diariamente esta exhibición, y si la visita nos toma alrededor de 5 horas, incluyendo las de fila, en mi opinión no puede ser que hayan sólo 500 personas en la sala.
Pero decía sobre los visitantes, imaginen que la recurrencia al museo Nacional de Antropología tomó tales dimensiones que incluso tuvo que abrirse los lunes y expandir los horarios de visita, incluso se ofrecieron visitas nocturnas guiadas y recorridos virtuales.
Para nadie de los asistentes fue un secreto el asombroso incremento de personal de seguridad, pues nos anduvieron arreando como ganado, registrando y en general cuidando como si estuviésemos en un campo de concentración.
Se sabe que las piezas egipcias en manos de dos museos alemanes fueron preparadas especialmente para nuestro país a cambio de las piezas aztecas que visitaron Alemania el año pasado. ¿Habrá sido justo el intercambio cultural? ¡Bien por que nuestras culturas prehispánicas tengan tal difusión en otras latitudes! ¡Bien porque tuvimos la oportunidad de estar en contacto con piezas legendarias y llenas de la magia que rodea a la cultura egipcia!
Yo estuve contentísima en la exposición, pese a los inconvenientes de la misma: filas enormes, multitudes desesperantes, guardianes groseros, y algunas piezas menores coladas entre otras impresionantes. De hecho, la entrada fue gratis gracias a mi condición de estudiante.
Ahora, a esperar con ansia las siguientes exposiciones que se oyen muy prometedoras: España Medieval; Irán: 7,500 años de arte; La Historia de Rusia a través de los Zares.
Por lo pronto: ¡Adiós a Faraón en México!
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