Monday, July 11, 2005

"Turandot" o mi Frustracion de Julio...

Yo fui una de las personas que, por no haber comprado los boletos a tiempo, se quedó sin ver Turandot en una brevísima temporada que esta magnífica ópera de Giacomo Puccini estuvo en el Palacio de Bellas Artes.
Mis expectativas eran enormes, pues se decía que con esta puesta renacería la ópera en México. En efecto la crítica parece estar satisfecha, pues el montaje de Turandot cumplió con las expectativas del público mexicano: una ópera mexicana digna, bien desarrollada, con cantantes de nivel internacional, buenos coros y buena orquesta.
Aún no puedo creer que no alcancé boletos, porque supe de buena fuente -una de mis amigas que sí logró asistir- que mucha gente se reunió en el Palacio de Bellas Artes para hacer gala de su bluff, y prueba de ello fueron sus constantes alborotos, conversaciones, carcajadas y acotaciones, mientras el espectáculo tomaba lugar.
Supe entre otros chismes que se destinó un millón de pesos al montaje, aunque también escuché algunas quejas sobre la calidad de la escenografía, pareciera entonces que gran parte del dinero se empleó en el vestuario y en la contratación de los excelentes artistas que representaron la ópera: José Luis Duval (Calaf) uno de los mejores tenores de México; Ursula Prem (Turandot); Eugenia Garza (Liu); y Francisco Rettig, director concertador de la Orquesta del Teatro de Bellas Artes.
Parece ser que los dos puntos negativos del montaje fueron un intermedio bastante prolongado y la falta de fuerza en la voz de Rafael Sevilla, quien no se escuchaba, apagando un poco la presencia del Emperador.
Ni hablar, me quedé con las ganas de ver Turandot... ¿Por qué es una ópera tan atractiva? la historia es en suma seductora, Turandot, la princesa indomable subyugada por el amor, y los enigmas que ésta arroja a quienes pretenden tomarla por esposa siempre me han encantado:
¿Qué nace cada noche y muere al amanecer?
Y Calaf responde - la esperanza.
¿Qué fluye roja y tibia como flama y no es el fuego?
- la sangre.
¿Qué es como el hielo, pero arde?
-Turandot.
Mas, ninguno de estos tres llena de suspenso al espectador como cuando Calaf pregunta a su vez a la cruel princesa por el nombre del extraño que ha resuelto los enigmas y concluye la ópera con el festejo de la respuesta: ¡Amor!

¡Adiós a "Faraón" en México!

Hace sólo un par de horas que dieron por concluida la exposición "Faraón, el Culto al sol en el Antiguo Egipto" en el Museo Nacional de Antropología, misma, que dada la afluencia de público, se extendió diez días más, hasta hoy, día en que retornarán a Alemania las 152 piezas que se expusieron durante 104 jornadas en 14 salas del colosal museo.
El éxito de esta exposición fue rotundo, pese a que algunas piezas eran menores -recuerdo unos trozos de vasijas cuyo único atractivo quizás fue su legendaria antigüedad, porque no parecían en nada interesantes-. Se calcula que los visitantes de Faraón fueron más de 600,000, lo que haría a esta exposición la más exitosa de entre las muestras temporales que se han exhibido en México, y cómo dudarlo, si entrar ahí era todo una odisea, siempre lleno, con una enorme fila, y teniendo que esperar más de diez minutos para apreciar cada una de las piezas. Aunque se dijo que no debían estar más de 500 personas en la sala al mismo tiempo para equilibrar la humedad requerida en el cuidado de las piezas, ni quien crea que no habíamos más de esta cantidad de personas a la vez. Imagínense, las estadísticas dicen que 8,000 personas visitaron diariamente esta exhibición, y si la visita nos toma alrededor de 5 horas, incluyendo las de fila, en mi opinión no puede ser que hayan sólo 500 personas en la sala.
Pero decía sobre los visitantes, imaginen que la recurrencia al museo Nacional de Antropología tomó tales dimensiones que incluso tuvo que abrirse los lunes y expandir los horarios de visita, incluso se ofrecieron visitas nocturnas guiadas y recorridos virtuales.
Para nadie de los asistentes fue un secreto el asombroso incremento de personal de seguridad, pues nos anduvieron arreando como ganado, registrando y en general cuidando como si estuviésemos en un campo de concentración.
Se sabe que las piezas egipcias en manos de dos museos alemanes fueron preparadas especialmente para nuestro país a cambio de las piezas aztecas que visitaron Alemania el año pasado. ¿Habrá sido justo el intercambio cultural? ¡Bien por que nuestras culturas prehispánicas tengan tal difusión en otras latitudes! ¡Bien porque tuvimos la oportunidad de estar en contacto con piezas legendarias y llenas de la magia que rodea a la cultura egipcia!
Yo estuve contentísima en la exposición, pese a los inconvenientes de la misma: filas enormes, multitudes desesperantes, guardianes groseros, y algunas piezas menores coladas entre otras impresionantes. De hecho, la entrada fue gratis gracias a mi condición de estudiante.
Ahora, a esperar con ansia las siguientes exposiciones que se oyen muy prometedoras: España Medieval; Irán: 7,500 años de arte; La Historia de Rusia a través de los Zares.
Por lo pronto: ¡Adiós a Faraón en México!

Wednesday, July 06, 2005

Cinematografias Nacionales o Nacionalistas...

En la reciente edicion de Vértigo del 3 de julio apareció un artículo sobre las Cinematografías Nacionales como alternativa al cine estadounidense, aunque más que ensalzar a éstas, como se espera dentro del ámbito cultural, los filmes nacionales -que yo llamaría mejor nacionalistas- salen con la cabeza entre las patas.
Entre las sugerencias de cine nacional aparece una reseña sobre "Cocina Política", asi que intenté en dos ocasiones mandar un comentario a la dirección electrónica ahí adscrita, sin resultado alguno, pues el mensaje regresa a mi cuenta afirmando la inexistencia de dicha dirección.
Qué lástima, porque se hubiese armado una buena discusión, les paso fragmentos del comentario:
Dirigido por Tassos Boulemtis este fallido filme intenta sin conseguirlo -sobre todo por un guión mal articulado y una historia demasiado pretenciosa en sus alcances y muy limitada en sus logros, llena de lagunas y cabos sueltos- construir un fresco emotivo (através de ensalzar la tradición gastronómica) sobre las familias griegas que vivendo en Turquía en los años setenta fueron expulsadas por la dictadura miliar a Grecia, donde para su desconcierto y decepción eran rechazadas al ser consideradas extranjeras.
Y remata con esto:
Las buenas intenciones no sustituyen el conocimiento y el trabajo, Boulemtis deberá ser mucho más exigente y riguroso en su siguiente filme si quiere alcanzar lo que el Sabor de la Vida, apenas apunta.
Estoy de acuerdo con la conclusión final, Boulmetis debe superar este filme, pero en todo lo demás... qué lástima que Diego López no haya leido con atención los subtítulos, o que estos, en su defecto, no hayan podido traducir con decencia los juegos de palabras y las metáforas incluidos en cada frase. Algunos datos históricos son falsos, yo aconsejaría al Sr. López que viera con un análisis detallado la cinta, así, se daría cuenta de que los griegos no fueron expulsados de Turquía por la dictadura miliar turca -la cual no había-, sino por lo problemas que ambas naciones mantenían aunados a las tonterías de Makarios en Chipre, mismas que propiciaron los trágicos episodios acontecidos en 1974 en la isla mártir. Con respecto a los cabos sueltos, bueno... ni qué decir, creo que hay uno evidente, que puede explicarse culturalmente con respecto al retorno de Fanis (el protagonista) a la ciudad de su infancia únicamente posible 35 años después. No les digo más, mejor véanla y tomen partido ustedes.