Tuesday, July 24, 2007

Expedición al Cono Sur (XIV)





¡Arriba el norte!

Si no, fíjense en un mapa... ¿Arriba el norte?


Al parecer a Joaquín Torres García (Montevideo, 1874-1949), famoso pintor uruguayo, se le ocurrió hacernos una broma...

Su obra es de los más interesante, tiene una casa en la Ciudad Vieja de Montevideo, otro lugar que uno debe inevitablemente visitar.
Fundador del universalismo cosntructivo, mantuvo un arte sincrético que cautiva inmediatamente la mirada. Su estética es aparentemente simple: primitiva, unidimensional, de colores primarios, formas geométricas básicas, parece arte precolombino; no lo sé, es un arte de instinto, a la vez vanguardista y a la vez tan sudamericano.
Su propia concepción del sur es lo que a mí me ha impactado sobremanera, teorizar sobre este pródigo lugar de la tierra me ha hecho a la vez redefinir mi ideal de "topos" y no hay día aquí que no piense todos esas interrogantes-lugares comunes del hombre ¿dónde estoy? ¿de dónde soy? ¿a dónde pertenezco? ¿a dónde voy?
Para finalizar, su propia teoría del sur...

He dicho Escuela del Sur; porque en realidad, nuestro norte es el Sur.
No debe haber norte, para nosotros, sino por oposición a nuestro Sur.
Por eso ahora ponemos el mapa al revés,
y entonces ya tenemos justa idea
de nuestra posición, y no como quieren en el resto del mundo.
La punta de América, desde ahora, prolongándose,
señala insistentemente el Sur, nuestro norte.

Joaquín Torres García.
Universalismo Constructivo, Bs. As. : Poseidón, 1941.


Wednesday, July 18, 2007

Expedición al Cono Sur (XIII)

Vuelvo al sur...


De nuevo nos encontramos en el bar FUN FUN...
Lindo en verdad... seguramente uno de esos lugares que uno, definitivamente, no puede dejar de visitar cuando pasea por Montevideo.
Este bar es viejísimo, se encuentra en la Ciudad Vieja, muy muy cerca del Río... está hecho de madera, empotrado en un edificio antiguo. Por dentro tiene toda clase de vestigios y registros de la gente que hemos pasado por ahí, afiches, billetes, banderas, recortes de periódico, notas...absolutamente extravagante.
Se toca buen tango y candombe, dependiendo del día.
El ambiente empieza como a las once de la noche, hay que beber las famosas "uvitas" acompañadas de alguna picatta o bien, no hay que perderse las famosas "papas en salsa de champiñón" que es algo así como la botana del lugar.
De repente, -mira cómo son los uruguayos- nos encontramos a Daisy Tourné, la ministra del interior de Uruguay... es una persona más en el bar, sin guardias, en una mesa, cantando tango como todos los demás... con el bolso abierto sobre la mesa y una actitud de lo más relajada. Mis amigos pretendían saludarla como si fuera una vieja conocida... es la segunda vez que la encontramos por aquí y ella misma se acerca a saludar a mis amigos, esta vez.
Una banda empieza a tocar algo... acordeones... oups... se han enterado que soy mexicana y entonan en coro "el rey". Grito junto a ellos, muy emocionada... "¡ah, México!"
Desconozco absolutamente los tangos aquí cantados. Pero me hace gran impresión este que canta una exquisita mujer apasionadamente...


Vuelvo al Sur,
como se vuelve siempre al amor,
vuelvo a vos,
con mi deseo,
con mi temor.
Llevo el Sur,
como un destino del corazon,
soy del Sur,
como los aires del bandoneon.
Sueño el Sur,
inmensa luna,
cielo al reves,
busco el Sur,
el tiempo abierto,
y su despues.
Quiero al Sur,
su buena gente,
su dignidad,
siento el Sur,
como tu cuerpo en la intimidad.
Te quiero Sur,
Sur, te quiero.
Vuelvo al Sur,
llevo el Sur,
te quiero Sur,
te quiero Sur…

Sunday, July 15, 2007

Expedición al Cono Sur (XII)

De regreso al Pinar...

Todo ha concluido y yo permaneceré muchos días por acá... disfrutando el sur...
Despido a mi compañero con gran tristeza, vuelvo a casa de mis amigos, al Pinar, unas casas tipo cabañas que me parecen de lo más hermosas y confortables, de nuevo las dunas del río están muy cerca; hace un frío extremo para mí, se prevé que nevará en estos días.
Eleni y Carlos organizan un asado en la chimenea...

¡Ah, si nuestra vida entera fuera toda esta tarde de domingo!

el mate y yo... entablamos tremenda amistad...

Uruguay... qué feliz me has hecho...

Expedición al Cono Sur (XI)


El congreso:
Jornada Kazantzakis y América Latina



Bueno, el propósito inicial y principal de este viaje hasta el sur ha sido la invitación que nos hizo la Fundación María Tsakos para participar como conferencistas en una jornada en conmemoración de los cincuenta años de la muerte de Nikos Kazantzakis, sabido que es mi escritor de cabecera, aquí me encuentro hoy.


Despierto y pienso en la magnífica oportunidad que esta jornada representa, muero de nervios. La noche anterior conocí a los otros exponentes, todos son muy simpáticos y absolutamente todos son muy doctos en la materia, me siento algo aficionada...


Desde mi habitación se divisa La Rambla... unas cuantas barquitas navegan en el Río de la Plata y como en invierno amanece muy tarde, aún se ve la luna, casi llena.
Repaso la conferencia, en breve tomaré el desayuno con los otros conferencistas y empezará la esperada jornada, por suerte nuestro turno es hacia el mediodía.

Llegamos a la sala de conferencias, es llamada "el salón azul" y se encuentra en el primer piso y medio, me dicen que desde este balcón habló el presidente Chavez hace poco, cuando visitaba a sus "hermanos bolivarianos uruguayos"; me asomo desde dicho balcón y empiezo a imitar un tal acento venezolano... en verdad que empiezo a hacer simplezas porque estoy nerviosa. Es mi primera conferencia internacional y además de literatura, más aún, sobre literatura griega y mucho más aún, en torno a Kazantzakis.
Empieza la jornada... Roberto Quiroz de Chile abre en nombre de Miguel Castillo Didier, el gran difusor del helenismo en América; le siguen Elina Miranda de Cuba; ambos han hecho un estupendo rastreo de la lectura de Kazantzakis en América Latina. Descansamos un poco; ahora sigue un desenfrenado discurso de lo más ameno y apasionado que he visto, Sebastián Dozo de Argentina nos ha dado una gran lección de furor por la obra de nuestro escritor -¡qué gusto estar aquí reunidos y qué gusto escuchar a nuestros colegas!-.
Tomamos un refrigerio, ni queremos comer de nervios.
Regresamos al salón azul, Roberto de nuevo, nos habla de Mistrás, un lugar en Peloponesso con una historia impresionante, nos ha puesto una presentación power point con ilustraciones, lo que más curioso me ha parecido es su propia transcripción fonética en dialecto chileno "Ni/koj Kajantz/jakij" o algo así... luego viene una presentación teatral de una adaptación uruguaya de La última Tentación, formidable... ya llega nuestro turno.
Leemos tranquilos... hablamos de la muerte a propósito de la muerte... Yorgos ha leído muchas veces el texto porque le preocupa su español, aún cuando es evidente que es casi perfecto.
Concluimos, nos aplauden un buen rato...
Ahora viene Silvia Ricardino de Brasil, lee un excelente estudio comparado entre seis escritores brasileños y Kazantzakis. Y para finalizar, otra gran dosis de pasión, el maestro Armando Miraldi de Uruguay nos habla de su encuentro con nuestro escritor.
Pasamos a un debate después.
Me preguntan sobre la celebración de la muerte en México, hablamos sobre Borges, sobre la ascética de Kazantzakis, de la libertad, del quijote, hasta de los aztecas, y llega la hora de irnos a cenar... morimos de hambre.
Concluye la jornada...

No lo hubiera imaginado: un congreso en torno a mi escritor favorito de toda la vida; bien me lo dijo una gran amiga en México "¿te imaginas? ¡¡¡un congreso donde todos serán una bola de locos kazantzankianos...!!!!"; así fue, mi querida Martha ;-) como de sueño.

¡Hasta pronto colegas!

http://www.fundacionmariatsakos.org/fmt/esp/evento.html

Expedición al Cono Sur (X)


Llego de nuevo a Montevideo.
Desde el muelle se ve este singular edificio, es el pirmer panorama de esta ciudad.

Al bajar del buquebus, ya nos esperaban nuestros amigos, Eleni, Carlos y Peti.
Nos dirigimos a la Colectividad Griega y todo hubiera estado más perfecto aún si yo no hubiera empezado con tremendo dolor de muela esta mañana. Carlos me lleva casi de emergencia al hospital, me hacen de cosas en los dientes... me aguanto el terror de ver agujas y anestesias... esos berrinches no los hubiera reprimido de estar en México.
Es muy curiosa el habla de los uruguayos. Dicen: ¿ta? ¿tamos? ¡dale! ¡Che bo! para todo, aún no distingo cuando debo usar y otra.
Esta noche nos reunimos en la fundación que nos invitó al congreso, conocemos a los otros conferencistas -todos grandes personajes-.
Para terminar, vamos a un bar, el Fun Fun y bebemos un par de "uvitas".
Yo muero de nervios, mañana la conferencia.
Mañana será un gran día.

Expedición al Cono Sur (IX)

Y en resumen, Buenos Aires...


Les había dicho que las tiendas tienen un diseño muy cuidado. Esta mañana que nos detuvimos a comprar algunas cosas, nos dieron incluso los recibos en un sobre especial, todo ordenado y lindo. Cada tienda en Buenos Aires, por fuera, es una obra de arte, un concepto de diseño muy cuidado y atractivo, uno se detiene en el escaparate unos minutos a observar, vale mucho la pena.
Hoy regresamos a la Florida, compartimos un mate con Santi y de nuevo la charla...
En resumen Buenos Aires:
Partenón la catedral; Brusselas la Plaza de Mayo; Nueva York Palermo; Roma San Telmo; Amsterdam Puerto Madero; Río de Janeiro La Boca; París las galerías; Madrid La Recoleta; Versalles cada jardín...
Hasta pronto Buenos Aires... he de volver al congreso en Montevideo.
Mañana en la madrugada nos embarcamos.

Expedición al Cono Sur (VIII)

Buenos Aires de Noche...





Por una cabeza

todas las locuras

su boca que besa

borra la tristeza,

calma la amargura.


Por una cabeza

si ella me olvida

qué importa perderme,

mil veces la vida

para qué vivir...


Cuántos desengaños, por una cabeza,

yo jure mil veces no vuelvo a insistir

pero si un mirar me hiere al pasar,

su boca de fuego, otra vez, quiero besar.


Basta de carreras, se acabó la timba,

un final reñido yo no vuelvo a ver,

pero si algún pingo llega a ser fija el domingo,

yo me juego entero, qué le voy a hacer.


Paseando por el barrio de Palermo, encontramos muchos lugares interesantes. Desde luego no se escuchan tangos por doquier, debe ser eso un mito y nada más.

Buenos Aires está hecho para caminar... por supuesto, han de llevar la cabeza gacha, excrementos por doquier; quizás porque aquí está muy arraigada la profesión de "paseador de perros" y no existe el cuidado adecuado. Es de lo más común ver chicos con una jauría de perros paseando por la ciudad mientras se escucha el tradicional sonido de BA: shif shif shiiiiif fiiiis fiiiis.


Llegamos a un hermoso lugar para comer, se llama Troya y es una casa vieja dividia en cuartos de colores, vamos a la habitación roja y celebramos nuestro arribo a la ciudad y el gusto por conocer a estos nuevos amigos. Pedimos las tradicionales picattas bebemos vino hasta hartarnos, seguimos comiendo... cordero al marroquí, setas, carnes, carnes... decidimos continuar en algún bar. También había que probar la cerveza nacional.


Regresamos tarde a casa. ¡Qué curioso! En Buenos Aires también es un decreto que no se fume en lugares cerrados, mis amigos sufren.

He aprendido vocabulario, particularidades de la vida bonaerense, he tenido charlas filológicas... apenas llevo unas horas aquí y me parece que hace años desembarqué del muelle proveniente de Montevideo, esa sensación de comodidad genera Buenos Aires, es una ciudad absolutamente viva y acogedora... uno se siente muy cómodo.


A la mañana siguiente desayunamos en casa con estilo griego, viandas sobre la mesa... ¡qué suerte! Los chicos tienen algo de chile para untar en mis alimentos... escuchamos música cretense y charlamos. La cuestión de la dialectología toma múltiples matices, Dimitra me ha dicho que es pontia, para mí, tiene un acento que no había escuchado, y que por momentos se me dificulta, así que me mira y me habla más lento, a estas alturas ya se percató que mi nivel de griego no da para estas cosas, además, estoy conmocionada por estar en Argentina y tantas emociones me hacen lo más torpe, incluso al expresarme en castellano; así, me cuenta de su encuentro y amistad con Jorge Volpi en Salamanca. Tassos vivió en Creta mucho tiempo, se divierte enséñándome algunas palabrotas de la región "aneróbulos"; Yorgos me dice que jamás la ha escuchado y que ningún griego se ofendería al escucharla aún cuando sea una ofensa cretense conocida.

Emprendemos la aventura por la ciudad.

Hoy encontraremos a Santiago, un argentino que vivió mucho tiempo en el Distrito Federal. Caminamos por la calle de Florida; yo insistí dado que recordaba que Borges y sus cuates tomaban café ahí. Es una avenida larguísima, hoy en día parece un gran mall, todos nos ofrecen tarjetas con propaganda de fábricas y al darse cuenta de que "somos" mexicanos evitan decirnos la palabra "chaquetas" y nos ofrecen "chamarras". Nos causa risa su prudencia.

Llegamos hasta la catedral -¿habrase visto semejante cosa?- parece un Partenón, así que entro a verificar que sí sea en efecto una iglesia. Frente a ésta, la Plaza de Mayo, la famosa plaza de las madres de mayo, es jueves, así que las madres se reunen a caminar en torno a ella, el círculo de andanza está enmarcado con pañuelos blancos sobre la banqueta y de frente, La Casa Rosada, toda imponente. A mí me recuerda a un pastel de fresa... debo estar muy pueril este día.
Vamos de nuevo por la Florida, tomamos el "subte" más tarde regresaremos a comer a San Telmo y a pasear por Puerto Madero.

Expedición al Cono Sur (VII)


Mi Buenos Aires querido...

Esta mañana nos levantamos para emprender el viaje a Buenos Aires.

Por fin... era un anhelo que tenía desde hace tiempo. Con tantas expectativas abordamos esta mañana el buquebus de Montevideo a Buenos Aires. Se me dificultó zarpar, ya había tomado bastante cariño a mis anfitriones y amigos greco-uruguayos y no quería separarme de ellos.


Aún así subí al buquebus, tomé un desayuno y zarpamos.


Pasaban las horas... unos holandeses al lado... ladraban no sé qué.


El Río chocolatoso era interminable.


Yo parecía mariachi. Tomaba fotos por doquier.


Un argentino oriundo de Córdoba, creo, me interceptó con la clásica pregunta "¿pero de dónde sos vos?" "México" "Ah, alguna vez visité tu país, hermoso... bla bla bla".


No veo la hora de llegar a Buenos Aires.


Pasan más de tres horas... ¡qué impaciencia!


Aaaa... se divisan ya unos edificios -¿quizás Puerto Madero?-.


Buenos Aires no tiene malecón, sino lodo, quizás por eso la ciudad está construida totalmente de espaldas al Río de la Plata. Montevideo tiene mejor vista, sin duda.


Ya empiezo a escuchar tangos y muero por desembarcar.


Paso por la aduana. Argentina aquí estoy.


Tomamos un taxi, ¡bah! el conductor es uruguayo.


Muero de risa, el ruido de la ciudad es un constante chiflido, producto del sistema de frenos de los transportes públicos. Los bonaerenses -porteños- no parecen ya notarlo.


Pasamos la Recoleta, San Telmo... ¿vamos a Palermo? Todos estos lugares me suenan gracias a las canciones de Kevin Johansen, ¡Ja! es amigo de un amigo. -¡Saludos Santi!-.


De repente me emociono, casi tuve un déjà vu, he visto este lugar antes... ¿pero dónde?... ¡Claro! En el video de Zoom de Soda... es el planetario y tiene un graaan jardín, recuerdo que se besaban muchas personas en dicho videoclip; el conductor al ver mi entuasiasmo me comenta que se reunirán de nuevo y que harán una gira, México incluido. -Pero el tipo ha reconocido mi acento al instante, aún cuando me esforcé por hablar norteño-. ¡Qué impresión!


Buenos Aires es muy verde, he visto muchos jardines en estos veinte minutos. ¡Y cuántos edificios tan altos! ¡Y qué elegancia de ciudad! El glamour prácticamente se respira... He de hablar detenidamente de los diseños a simple vista de todos los edificios y de las tiendas. Me parecen de lo más agradable, dejaré eso para otro post.


Llegamos a la calle de Ortiz. Descansaremos en un departamento un rato y veremos Buenos Aires de noche. Un par de amigos con una bebé maravillosa nos esperan, yo no los conozco, siento ansias, arribamos a la casa de Dimitra y Tassos, y de su bebé, Anemi.


Este viaje pinta de lo mñas interesante.

Saturday, July 14, 2007

Expedición al Cono Sur (VI)


EL MATE


Sí, es una delicia el mate...
Algo rarísimo de las calles de Uruguay es ver a toda la gente con mate y termo en mano... y matera a la espalda...
Es absolutamente extraño y tierno ver caminar a la gente así.
Al parecer, la yerba que se pone en el mate es una especie de té verde, amargo de tradición indígena en Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay, siendo este último el mayor consumidor del mismo.
Tomar el mate es todo un ritual, se toma en grupos, se ceba y se pasa de uno en uno.
Por supuesto, requiere o, -como dirían los uruguayos- precisa de algunos instrumentos:
Mate, una jícara de calabaza forrada en cuero, misma que ha de curarse previamente.
Boquilla, un instrumento metálico para sorber el mate.
Termo, recipiente con agua muy caliente para cebar.
Yerba, la planta que hará el té.
Matera (opcional), por si hay que salir de casa, es una bolsa ovalada y larga; incluye una cucharita hecha de cuerno de vaca, y un recipiente de cuero -yerbera- donde se coloca algo de yerba.
La primera impresión del mate es extraña. Es un té amarguísimo, sólo así se entiende por qué los uruguayos comen tanta azucar; la yerba de ser seca, se va humectando con el agua hirviente hasta expanderse y definir su contorno confuso en un principio. La yerba al parecer tiene sustancias parecidas a la cafeína, es decir, es algo energetizante.
A mí, por otra parte, me tranaquilizó el mate, no tuve otra delicia en el día que sentarme a beberlo junto a la chimenea y charlar.
Es sin duda adictivo... yo misma adquirí todo el kitt y lo bebo constantemente.
El mate hace trabajar a la mente mejor, pareciera que lo aisla a uno, lo apacigua y agazapa a la bestia, entonces llega el momento de la reflexión -mate en mano-; se siente entrar la amargura junto con el calor y a lo lejos el horizonte plano... y llega la melancolía y la paz. Llega el momento de compartir el mate con los amigos en torno de la mesa, de hablar e intercambiar las impresiones del día, aún cuando se toma a todas horas, preferentemente durante la mañana y el mediodía.
Desde luego, no es una bebida alucinógena, quizás tiene algo de psicotrópico, y sin duda, es toda una adicción.
Tomar mate es una de las costumbres que dificilmente podré dejar del cono sur, mientras lo sorbo, vienen todas esas memorias de las charlas y tantos días tan divertidos en el Uruguay... mates compartidos con Eleni, Cristy, Carlitos y Petinatti.

Expedición al Cono Sur (V)




El ritmo de los uruguayos.


Después de unas horas en Montevideo, aprendo algunas cosas:

-Montevideo tiene sólo una montaña -yo diría que no llega ni a colina- a la cual intitularon Monte VI de Este a Oeste que abreviado le da el nombre a la ciudad.

-Por cada siete uruguayas hay un solo uruguayo... es muy evidente.

-El presidente de este país, que es oncólogo, ha prohibido fumar en lugares cerrados dada su formación profesional; todos los uruguayos celebran que no sea ginecólogo.


Les decía, el ritmo de los uruguayos es otra cosa, de plano viven en otra dimensión. Son leeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeentos para todo, excepto al hablar, con algunas dificultades les entiendo y viceversa. La gente es absolutamente calmada.

Hoy, durante asado, se organizó a nuestras espaldas una fiesta de cumpleaños, imagínense, Cristina, que estaba a mi lado me tuvo que avisar que había una fiesta, giré la cabeza y vi una aglomeración de 30 uruguayos celebrando un cumpleaños en silencio, de pie, con el mate y picando cositas, a nuestras espaldas, a dos metros de nosotros ¿era una fiesta y no nos habíamos dado cuenta con tal quietud? ¿era eso posible? Me parecía lo más raro, acostumbrada a los escándalos mexicanos.

Yorgos y yo hacemos florilegio-demostración del slang chilango y tepiteño. Nos mata de risa que los uruguayos lo imiten con su acento: "no me chingués wey, no mamés". Como todos saben, nunca hablamos así, sólo queríamos hacerlos reir... y se lo aprendieron todo.


Hay luna llena y nos dirigimos a un bar... no podía faltar, después de respectivas negociaciones, un tipo de lo más interesante -Federico, si lees esto escribámonos un mail :)- me invita a bajar a las piedras del Río de la Plata, bebo la cerveza nacional Pilsen y Patricia -muy ricas- y bajo la luna, Federico, además de recitarme múltiples poemas, me hace escupir al Río de la Plata, casi nos caíamos al agua por estar mirando La Cruz del Sur y más allá... Sirio.
Para finalizar un decreto -hasta eso, el humor no faltó nunca-:
Nota aclaratoria.- Cualquier parecido con otro gobierno es mera coincidencia.

"El gobierno nacional anunció hoy que reemplazará la bandera nacional por un condón porque representa más claramente la acción y gestión del gobierno de Tabaré Vázquez, ya que un condón resiste la inflación, detiene la producción, destruye a la próxima generación y le da a la gente una sensación de seguridad mientras lo están clavando".

Expedición al Cono Sur (IV)


Montevideo: agua estancada.


Llegando a Montevideo nos esperaban unos amigos a los que no conocíamos, pero que con tanto cariño nos acogieron en su casa: una cabaña hermosa junto a las dunas del inmenso Río de la Plata, muy cerca de la ciudad.

Eleni y Carlos nos organizaron tremendo asado esa noche, junto a la chimenea y bebimos y bebimos grappa, el aguardiente del lugar, parece un poco tequila, ahí mismo conocimos a otras personas; aún no teníamos idea de lo que nos esperaba en la ciudad.
La mañana siguiente -¿cómo pudimos levantarnos tras tremendo festín?- visitamos La Rambla, el malecón donde se asienta la cuidad. Montevideo es una ciudad lindísima, se asemeja un poco a Mazatlán, yace en la costa, tiene una playa linda... andando por la Rambla se puede apreciar el color del río... es prácticamente mar, pero de color púrpura, casi café, y la espuma de las olas es beige... los colores son de lo más surrealista.
Es invierno en el cono sur y para mí hace demasiado frío.
Emprendemos la vuelta por la ciudad vieja... vemos a una persona cada cuatro cuadras así que aún no podría decir cómo son los uruguayos, lo curioso es que todos, o casi todos andan por la calle con su mate y su matera, o por lo menos, con el mate en una mano y un termo con agua hirviendo en la otra -incluso la policía- ¡Vaya espectáculo!
Nos dirigimos, un grupo de cinco personas a comer en un mercado. Muero por probar de nuevo ese tradicional asado en todas sus variantes.
El olor de la ciudad es la leña.
Me cuentan que el 95 por ciento de las casas tienen chimenea, así toda la ciudad está impregnada de ese olor a madera calcinada, es dulzón, aumenta la melancolía del Uruguay.
Uruguay es el país melancólico por excelencia. Lo entiende uno desde que mira los ojos de sus habitantes.
Eso sí, lo más indígena del cono sur soy yo. Nadie tiene tipo latinoamericano.
Ya en el mercado nos ha pasado algo muy extraño, lo dejo para otro post.

Monday, July 09, 2007

Expedición al Cono Sur (III)

Arribo a Montevideo.-

Atravesar los Andes vía aérea es una experiencia digna del éxtasis: qué vista, qué maravilla, qué milagro...
Un compañero en el avión me comentaba sobre los sobrevivientes de los Andes... eran jugadores de Rugby, uruguayos...

Y mas allá, valles y lagos.. y de nuevo montañas nevadas... y más allá... ¡sí! la pampa argentina.. completamente lisa... extensa... abarca todo el horizonte... es inacabable... rebasa la vista, aérea...

Tiempo después empezamos a divisar el Río de la Plata.... pero a quién se le ocurrió que era un río.. de nuevo el exceso.. aún desde el avión no se distingue la otra orilla... y abajo.. Buenos Aires.. qué hermosa se ve desde aquí... absoluta y geométricamente planeada...

Y de nuevo río, Río de la plata... inmenso...

Después de un tiempo se alcanzan a ver unos rascacielos.... ¿Acaso Montevideo?

Nunca imaginé que tuviera esas proporciones.

El aereopuerto es diminuto... la gente a simple vista no es muy amable, sobre todo el agente de aduanas, pero menos aún, la señora agente de migración... ¡Ni siquiera respondió mi Hola, ni me dijo bienvenida... nada... me quitó el pasaporte, lo selló y me lo arrojó de nuevo...! ¡Por Cristo, qué carácter!

¿Es esto Latinoamérica?

Uruguay no parece Latinoamérica... y sin embargo lo es...

Saturday, July 07, 2007

Expedición al Cono Sur (II)

El que me diga que desde el sur de Estados Unidos hasta la Patagonia se habla una misma lengua... definitivamente no ha cruzado el Ecuador... ni ha vagado por México... ni tiene idea de lo que está hablando... ni conoce el español... ni se ha subido a un avión de líneas LAN con destino a Sudamérica.
Mi primer shock: la lengua....
Partí del aereopuerto de manera tierna: un par de amigos y alumnos me telefonearon para los respectivos deseos de buen viaje y me fui toda conmovida...
Ya en el avión... pensé que KLM era la mejor compañía aérea con la cuál iba a viajar en la vida, hasta que subí a un LAN... excelentes y cómodos aviones... y hasta la comida es buena... el viaje sí que empezaba bien.
Mi compañero de al lado, sabía perfectamente que yo era mexicana, y cuando llegó la azafata y me dijo un no sé qué... y yo puse mi cara de what? y ella empezó a hablarme en inglés -esto fue real- mi compañero empezó a carcajearse y yo me ofendí... hablábamos la misma lengua, pero la señorita, que era chilena, ponía otros acentos en tros lados, aspiraba muchas consonantes y para no hacer el cuento más largo, pasaron varios segundos para que pudiéramos entendernos.
Arribé a Santiago de Chile después de ocho horas...
Yo pisaré las calles nuevamente,
de lo que fue Santiago ensangrentada...
Santiago se encuentra en un valle rodeado de montañas nevadas, por una parte la cordillera de los Andes, por otra el Pacífico... y todo su suelo estaba cubierto de nieve. Y yo moría de congelamiento, más porque era domingo y la ciudad estaba muerta, desierta y el viento corría feroz sin ningún obstáculo.
Decidí hacer algo propio de mi brevísima estancia en Santiago: ir a una cava a catar y comprar vinos; se sabe que Chile produce unos muy buenos, sobre todo por la cepa propia de la región, carmènére.
El tiempo se agotaba, había que regresar al aereopuerto para la siguiente escala: ¿Montevideo o el famoso glaciar chileno?
Empezaba a sentir los efectos de la cata, el frío no había disminuído, pero yo ya estaba más allá de eso... en una remota paz ebria...
¿Dónde había guardado mi pasaporte?